El terremoto de 2016 puso de rodillas el Ecuador, pero nunca como el problema educativo que sigue persistiendo en todo el país.

El 16 de abril de 2016, en Ecuador hubo un gran terremoto de magnitud 7,8 que golpeó en particular Quito, la capital, provocando 480 muertos y 2500 heridos. Se produjeron muchas consecuencias: ciudadanos atrapados bajo los escombros, caída de los puentes, falta de electricidad y de Internet. Mucho miedo tuvieron los ecuatorianos, pero fueron ayudados por MSF (médicos sin fronteras) y otros equipos de emergencia que les ofrecieron asistencia psicosocial. Les dieron, también, 440 kit de primeros auxilios y en 2017 tuvieron lugar más de 306.000 sesiones individuales psicológicas y más de 49.000 sesiones psicosociales.
El terremoto hizo la vida de las familias pobres más difícil, que hoy en día viven grandes dificultades para garantizar una mejor formación a sus hijos, sobre todo en las zonas periféricas de la capital.
foto terremoto

Otra gran organización no gubernamental (Ong), además de MSF, es AVSI, en la que trabajan dos personas que tuvimos la oportunidad de conocer: Stefania y Alexander, gracias a nuestra profesora de historia (ella, también, trabajó en Ecuador, en Quito, junto a ellos). Nos contaron sus historias que nos han derretido el corazón. Son dos personas muy valientes que han dejado todo para ayudar a los demás.

Stefania es italiana, originaria de una familia humilde que le ha enseñado el valor del trabajo y de viajar. Desde los 16 años quería hacer algo importante en su vida y así llegó la oportunidad perfecta para lograr su objetivo: en 2003 empezó a trabajar para AVSI.
El camino para llegar a todo esto fue muy agobiante, pero gracias a la ayuda de Alexander todo ha sido posible.
Él nació en Pisullí, en una familia violenta, como la mayoría de las que viven en este barrio de Quito. Empezó a trabajar cuando era muy joven, a los 13 años, para ayudar a su madre en las compras domésticas; pero el dinero se gastaba mal y no servìa para mejorar la vida de la familia. Todo eso fue intolerable para él, pero por suerte encontró diferentes amigos, incluida Stefania, que lo ayudaron a entrar en la universidad, a la que no todos los ecuatorianos tienen acceso.
foto alex e stefania
AVSI ofrece tres diferentes proyectos educativos, en los que trabajan 23 personas para ayudar a la primera infancia, a los jóvenes y a las familias: para los niños hay un jardín de infancia en el que hay muchos niños ya que el aumento de la natalidad va acompañada por la necesidad de guarderìas. Todavía muchas mujeres prefieren instruir a sus hijos en casa, por esta razón las madres tienen que ser instruidas. A eso apunta parte del proyecto de esta ONG.
Por lo que se refiere a las familias hay situaciones difíciles por culpa de las violencias y del machismo, es propio para mejorar estas situaciones que hay programas de acompañamiento familiar como talleres y visitas domiciliarias.
Este proyecto no es muy difundido en Ecuador: no se invierte en adultos porque se piensa que son una causa perdida.
El último programa del que nos han hablado Stefania y Alexander es lo de los jóvenes. Ellos han construido un centro juvenil donde se puede estudiar, aprender un trabajo y estar juntos a otros compañeros. Ahí hay sillas y mesas para hacer los deberes y varias actividades. Los jóvenes son ayudados por dos educadores a estudiar y un sábado al mes aprenden como hacer algunos trabajos. Otra cosa muy interesante que se puede hacer en este centro es pasar el tiempo libre haciendo fiestas con música latina, mirar películas y hacer juegos: son actividades que fortalecen las relaciones positivas, sin las cuales los chicos pueden tomar malos caminos . Además hay las llamadas colonias vacacionales donde los chicos pasan las vacaciones juntos y aprenden cosas nuevas.
Las colonias fueron realizadas, también, durante la pandemia y fueron llamadas “colonias virtuales”. El covid no fue para nada fácil en Ecuador; desde marzo hasta octubre se quedaron cerrados y en octubre adaptaron el centro juvenil a la situación, poniendo una buena conexión a internet porque los chicos no la tenían en casa.
Ayudaron a 450 familias dándoles comidas y recaudando dinero gracias a la creación de un fundo: el fundo para la salud.
Al final, Stefania y Alexander nos han enseñado que este trabajo comporta esfuerzos y tal vez lágrimas pero las emociones que pueden probar viendo crecer y trabajar a los jóvenes que ellos educan no tiene ningún precio.
Según nuestra opinión, al final de esta investigación, aunque el Ecuador no tiene una educación tan eficaz como en Italia, es rico en recursos y tiene paisajes hombres y mujeres maravillosos y por esta razón se puede llamar paraíso…. Nosotros creemos que no es un infierno, porque todavía hay personas que siguen esperando que sea un lugar mejor. Hasta que haya esperanza nada puede ser un infierno.
“La educación te obliga a realizar tu persona” Cit. Stefania

Realizado por: Sara Aleo, Letizia Radici, Francesca Calchi, Giulia Trussardi y Anna Ganchuk, ISIS “Oscar Romero” Albino (BG, Italia)